FUNDACION JUANITO PAULINO
Página dedicada a la conformación de una Fundación sin fines de Lucro, que contribuya con el desarrollo de la educación y la salud de la comunidad. Dando apoyo y aporte a los estudiantes y a las personas que muestran necesitar una ayuda; asi mismo ayudando a obtener una salud de mejor y mayor calidad.
Esta fundación empieza a tener cuerpo, a partir del año 2007, viendo las necesidades de muchos estudiantes al momento de asistir a recibir sus clases, sobre todos los universitarios. A través de la Fundación se le facilitan recursos económicos, búsqueda por internet, pago de inscripción en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, transporte, y otros gastos que puedan estar a nuestro alcance. Actualmente la Fundación tiene una estudiante becada en la UASD-CURNE, y tiene en estudios los expedientes de otros.
A parte de la ayuda a los estudiantes universitarios, la Fundación estimula a los estudiantes del bachillerato y de primaria, obsequiándoles útiles escolares como premio a algún esfuerzo personal realizado, como son olimpiadas de lectura, merito estudiantil, entre otros.
También la fundación se preocupa por el cultivo de los valores sociales y familiares, en tal sentido ofrece charlas, seminarios y exposiciones con el fin de ir formando moralmente a los estudiantes, en momento que tan bajo tenemos los valores familiares.
Por allá por el 1967, tuve el honor de Conocer a Juanito Paulino, en esos momentos él laboraba como encargado en la finca de Niño Osorio en Casa de Alto Pimentel, pero no fue esta función la que más me llamó la atención y las que más profundamente ha marco mi vida, a partir de esa fecha, sino que para ese entonces, mi padre, Juanito Paulino, era encargado de CARITAS, y a través de esa organización con un grupo de hombres, organizaron grupos de trabajo, y repararon todos los caminos y callejones de Casa de Alto. Fueron los primeros trabajos comunitarios que le conocí. Cuando tuvo que mudarse de Casa de Alto a Sabana Grande de Hostos, en el año 1969, la repartición de los productos de CARITAS, alcanzaban toneladas, porque todas las comunidades vecinas recibían su funda, a cambio de realizar trabajos comunitarios.
Una de las cosas que más le agradaba a mi padre, era el realizar juntas de trabajos: cuando un amigo o cualquier persona necesitada tenia algún conuco, y debía hacer una “tumba”, mi padre lo organizaba todo, y formaba un grupo de hombres y todos juntos sacaban un día para ir a trabajar donde el necesitado, y ese día realizaban la tumba, dejando el conuco listo para sembrar.
Siempre estaba dispuesto a socorrer a las personas, y no era raro que en nuestra casa pernotaran transeúntes, vendedores ambulantes, locos, vividores, en fin, todo aquel que pasaba por nuestra casa, se quedaba a amanecer en ella: Era la casa más dulce para recibir visita.
Cuando en el 1969 mi padre se muda para Sabana Grande de Hostos (Mi madre y mis tres hermanos y como 3 ahijados de papa nos trasladamos en el 1970), inmediatamente se incorpora a las distintas instituciones sociales de la comunidad, iniciando por la Iglesia Católica, y demás clubes de trabajadores u obreros, tan comunes en aquellos tiempos. Contribuyo con la construcción de varios clubes en Sabana Grande, aportando la madera y hasta mano de obra cuando era necesario.
Una de sus últimas instituciones a que perteneció fue la: Ayuda Mutua, en la cual se gano el respeto y aprecio de todos los integrantes a toda la redonda del Municipio de Hostos.
Fue el propulsor del Cementerio de Sabana Grande, aportando el alambre y la empalizada, en contraposición de los vecinos, ganándose por ello, la enemistad con algunos, lo que no le impidió continuar sus trabajos.
Fue contribuyente principal con la escuela primaria, desde su llegada a Sabana Grande, y recuerdo que todos los días debíamos llevar dos cubos de diez galones de agua, dos veces al día a la escuela para preparar los alimentos, y eso era a cambio de algunos de los materiales que menos utilizaran en la comida, o un poco de harina, pero él se obligo a eso y nosotros debíamos cumplir (Principalmente yo por ser el más pequeño), eso si que en cuanto a la comida en la escuela yo era el privilegiado.
Organizó el Coro de la Iglesia, ayudaba con los gastos de la misma, y conformo por mucho tiempo la presidencia del Consejo de la Capilla de la Culata, dándole nueva vida, con su entusiasmo, dedicación y vocación de servicio.
Fue una persona que siempre estuvo con los brazos abiertos para ayudar al necesitado. Se preocupaba más por lo demás que por la casa misma, cosa que mi madre siempre le reprochaba.
Les cubría los estudios técnicos a varios jóvenes de la comunidad, solo tenían que expresarle su deseo de estudiar e inmediatamente se convertía en su padrino.